viernes, 9 de agosto de 2019

Sendero del Valle de la Virgen del Monte PRC-BU 80


Viñedos de Castillejo
La localidad de La Vid es el punto de inicio y final del sendero circular de pequeño recorrido PRC-BU 80, una ruta muy interesante de 15,4 km y 167 metros de desnivel acumulado que discurre por la Ribera de Duero burgalesa. Es una circular perfecta para iniciarse al senderismo y que los caminantes se queden con el mejor sabor de boca posible. Lo tiene casi todo. A nivel del paisaje: ribera de río, campiña y viñedos, sol y sombra, y el interés geológico de las chimeneas de hadas. A nivel cultural, por un lado, la Ermita de la Virgen del Monte conectada, según dicen, con el Cantar de Mio Cid y, por otro, el Monasterio agustino de Santa María de La Vid.



Monasterio de Sta. Mª de La Vid

Comenzamos en el Monasterio de Santa María de La Vid, una abadía del siglo XII que fue evolucionando a través del tiempo y que, desde el siglo XVIII, se consolida con la forma actual. Merece la pena visitar la biblioteca, el coro, los claustros interior y exterior y los jardines. La vista del ábside al iniciar y finalizar la ruta circular (en nuestro caso bajo los cúmulos veraniegos) nos ha parecido espectacular. Los horarios y teléfonos de contacto para conocer las visitas guiadas o concertar una específica para tu grupo, pueden consultarse AQUÍ

Buni lanzándose al agua

Zona recreativa a orillas del Duero

La primera parte del sendero discurre paralelo al río Duero, por el Camino del quemado, algo que aprecias cuando hace calor porque incluso puedes ir pegado al río, así vas por la sombra y sintiendo la frescura que da tanto la vegetación de chopos y arbustos de ribera como el sonido del agua. Buni, además, aprovechó para darse un baño. El sendero está muy bien indicado así que los carteles y marcas del PR te van guiando hasta las chimeneas de hadas, lo que más me interesaba a mí de esta ruta.
Vistas hacia el Duero desde el Camino del Quemado

De izq. a dcha: vegetación de ribera, cultivos de cereal y chimeneas de hadas al fondo, bosque de encinas y sabinas

Chimeneas de hadas



En geomorfología se denomina chimenea de hada a una formación rocosa, vertical, como una especie de columna natural en la que la base está formada por rocas sedimentarias y arcillosas y la parte superior por alguna roca más dura y que resiste mejor a la erosión. También se conocen como demoiselles coiffées, es decir, señoritas con tocados. Las del sendero de la Virgen del Monte se van viendo desde lejos. A medida que te vas acercando impresionan por su altura, forma y por el sonido del viento colándose por los agujeros. Además son como postes que indican el cambio de paisaje de una vegetación de ribera o con cultivo de cereal a una campiña donde predominan encinas y sabinas.

Algunos corrales a lo largo de la ruta


Viñedos de Castillejo


Se continúa por el Camino de los Censos hasta llegar a las viñas de Castillejo, una de las partes más agradables del recorrido para trotar y correr, pero ¡atención!, porque si te despistas y vas contemplando su perfecta simetría te puedes ir hasta Castillejo de Robledo, así que no hay que saltarse la indicación en el km 10 que va hacia la derecha para la ermita de la Virgen del Monte y su valle. 

Un abad del siglo XVII del Monasterio de La Vid la identificó, junto con la fuente próxima, como el paraje donde tuvo lugar la famosa afrenta de Corpes del Cantar de Mio Cid, (III Cantar, versos 2278-3730). Recordemos la historia: los Infantes de Carrión, tras casarse con las hijas del Cid Elvira y Sol en Valencia, regresan hacia Castilla. Hacen noche y, a la mañana siguiente, reemprenden el camino, pero antes las maltrataron y violaron para después abandonarlas a su suerte. Por suerte el primo de las chicas, Félez Muñoz, al que el Cid había encomendado acompañarlas hasta el destino, volvió sobre sus pasos y las rescató.

Después de la amplia zona de los viñedos resulta muy misterioso el paso estrecho que nos conduce a la Ermita y donde comienza la bajada, muy sencilla por cierto porque, para salvar el desnivel, han puesto unas escaleritas que nos conducen de nuevo hacia el encinar y sabinar. La ruta concluye por el camino por donde hemos venido, disfrutando de la monocromía de los campos de cereales y de la sombra con las que nos recibe la chopera de la orilla del Duero. 

De regreso cerca del Duero
 Y entre las hadas y el Cid,
con el fresquito del Duero, 
paseamos por el PR 
del que te dejo este recuerdo.


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