jueves, 25 de octubre de 2018

Montañas de Castilla y León


Al comenzar el proyecto de las 30 o más cumbres de Castilla y León, tomé nota del libro que recomendaba la Federación: y, a la primera oportunidad, me lo regalé. 
Montañas de Castilla y León. Coordinación Ignacio Sáez y Eloy Santín, Ed. Desnivel, 2010. 37 euros
Es un libro grande (es decir superior al tamaño de un folio A4 tanto de ancho como de largo), con una cubierta dura y 176 páginas. Comenta 22 picos de más de 2000 metros de Castilla y León. No están ni todos los que son, ni todos los que la Federación planteó para su reto de #cumbresCyl2018, pero sí muchos de ellos. Te haces una buena idea de lo que tenemos en la zona, aunque falten algunas piezas, en mi opinión, claves como la Pinareja, Peña Prieta o la Mira. Este libro se completa con la web: http://dosmilescastillayleon.com/

Para cada cima vamos a encontrar la descripción, más o menos personal, más o menos técnica, escrita por un autor diferente; también una pestaña con información sobre la situación, los valores naturales y el régimen de protección (esto último me ha parecido un gran acierto). El régimen de protección nos indica si estamos en un Parque Nacional, Parque Natural, etc. Además, una pequeña biografía de cada autor que yo habría preferido menos general y personal y más precisa, pero reconozco que el estilo te hace sentir cercana a la persona. Y, por supuesto, una descripción de la vía de ascenso.

Cada autor comenta su propia experiencia con respecto a la cima. A mí, que soy muy devora-libros, me han interesado todas, pero, por ejemplo, mi madre, otra gran lectora, ha encontrado que algunas eran demasiado personales y, en consecuencia, menos interesantes desde el punto de vista montañero. No es porque sea mi madre, pero sí, tengo que reconocer que no se equivoca y que, aunque a mí me encanta leer las anécdotas de todos (corredores, senderistas, alpinistas) esto sí me hizo plantearme la relación calidad/precio del producto. De todas formas, la respuesta es que sí me compensó, no solo para el reto #cumbresCyl2018 sino también para mi propia reflexión sobre cómo debemos escribir sobre la montaña.  


Tengo una gran debilidad por Miguel Ángel Adrados, porque le admiro mucho como cartógrafo, y como adoro Peñalara y la Granja... pues todo se junta. Era imposible competir contra tanta debilidad y quitarles el primer puesto al mejor texto del libro. A partir de ahí, la clasificación ha estado muy, pero que muy reñida. 

En categoría femenina, como solo hay tres mujeres, pues las tres premiadas, que hay que fomentar nuestra participación en todo lo relacionado con la montaña, pero mi preferida es la descripción del Torreón de Galayos de Puri Cilia. Aunque aquí también podría influir mi devoción por Gredos, no es eso, sino que transmite con precisión lo que ves desde Arenas de San Pedro. Todos sabemos que la ascensión es todo, desde el primer instante en que divisas el cordal o los picos cercanos hasta la cima, pero muy distinto es conseguir plasmarlo en el papel. Chapeau.

Las fotografías, el papel, el formato del libro en definitiva, lo hacen un muy buen regalo para los aficionados a la montaña, pero creo que más para los que sueñan con ellas que para los que salen a ascenderlas. Y explico por qué: no es tanto porque el libro sea poco manejable, que lo es; pero eso es secundario, porque tú tomas tus notas y ya está. Sino porque, aunque se explica con claridad la vía de ascensión más lógica, más clásica, más sencilla o como queráis decirlo, y esta explicación viene apoyada por un croquis, en algunos casos puede resultar un poco escasa. No es suficiente dar el perfil ni la cotación Mide, hay que decir, con palabras, para que pueda entenderlo todo el mundo, lo que te vas a encontrar. No basta con indicar que vas por un Gr o un Pr, por ejemplo, porque entre unos y otros la diferencia puede ser el caminar por pista o por un senderito expuesto. 
Para ascender algunas de estas cimas que no conocía no me ha sido suficiente con la explicación del libro. No solo he tenido que estudiar los mapas, sino leer en otros sitios las dificultades o las precisiones que quería conocer. (No llevo GPS porque sigo queriendo perfeccionarme en la orientación sin tecnología).

Para concluir, como libro, lo veo bien, muy bien. Para el proyecto #cumbresCyl2018 se queda corto, pero no es tanto una crítica como una llamada de atención, que también me incluye a mí: a ver si escribimos más sobre nuestros dosmiles, que no solo son bellísimos desde el punto de vista del paisaje, las vistas y todo, sino muy interesantes desde el punto de vista técnico. 

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