miércoles, 6 de mayo de 2020

Moncayo

Hoya San Miguel

Moncayo (Sistema Ibérico)
2314 metros
41º47'17'' N - 1º50'18'' O

El Moncayo es el dosmil que marca la frontera entre Castilla y León y Aragón. Se ve desde los Pirineos Occidentales e incluso cuando viajas desde Zaragoza a Soria o Logroño y muchas veces se divisa con algo de nieve en su cima. 

Estas fotos y relato son de la última vez que Buni y yo ascendimos, el 12 de agosto del 2018 (¡ya era hora de que escribiéramos la crónica!).
La ascensión puede iniciarse en muchos puntos, tanto por la vertiente castellana como aragonesa, pero lo más habitual es llegar con el coche hasta el Santuario del Moncayo, a 1630 metros de altitud, y, desde ahí, echarse a andar hasta el Alto del collado de las Piedras, después al Cerro de San Juan a 2250 metros y por último llegar al Pico San Miguel, a la cima del Moncayo a 2314 metros. 

Nosotras hicimos primero un alto en Tarazona  para fotografiar cómo la naturaleza sale literalmente por las ventanas:


Después paramos también en medio de la «nada» para fotografiar el contraste entre los campos y los chopos.


En vez de subir hasta el Santuario, nos quedamos el el aparcamiento de Agramonte a 1100 metros para que la excursión tuviera más metros de desnivel y para poder fotografiar la roca.

Camino del Santuario
                                
El camino está bien señalizado hasta la cima, pero nunca viene de más estar atento y no despistarse. En varios puntos puede apreciarse el trabajo de restauración del sendero (tal y como e La primera parte, por el bosque, nos resultó muy agradable porque siendo agosto y medio día pudimos aprovecharnos de la sombra y del perfume de hayas, robles, abedules, pinos, etc. Ese día yo tenía una migraña considerable, pero, a pesar de ello, recuerdo esta parte del bosque como un verdadero bálsamo. Cuando se sale de él, superados ya los 1800 metros, el paisaje cambia por completo. La vegetación está formada por matorrales, retamas y, muy pronto, tendremos la vista de la fotografía principal de esta entrada: el circo, la hoya de San Miguel. 

Después del Pico ya solo queda una tiradita para coronar el Moncayo, un placer para los ojos y para las piernas (a mi gusto, claro), y además puedes ir mirando a tu derecha y a tu izquierda y disfrutar, en los días en que hay visibilidad, de unos horizontes ALUCINANTES. 



Vivac en la cima
En la cima no hacía nada, pero nada de calor. El viento producía una sensación térmica casi de primavera, a pesar de que era un día de agosto caluroso.

Buni en el punto geodésico

Cuando bajábamos (por la misma vía) coincidimos con la II edición del reto solidario 24 Horas Moncayo non-stop en el que un número reducido de corredores ascienden todas las veces que puedan durante 24 horas (de 6 de la tarde a 6 de la mañana). Al primero que nos cruzamos fue a Fernando Fernández que entonces iba con sus dos lobas checoslovacas (por desgracia, una de ellas falleció después por cáncer y nos dio muchísima pena cuando lo supimos). Buni, que entonces tenía un añito empezó a gemir de miedo y Fernando le dijo que estuviera tranquila que no le harían nada, pero Buni ni caso, pegadita y enroscada en mis piernas. También me crucé con Yaiza Miñana pero no le dije nada para no distraerla. Con quien pude hablar mucho fue con algunos de los voluntarios que ya estaban en la cima esperando a los corredores, y ellos nos hicieron muchas fotos a Buni y a mí. 

Mirando estas fotos y escribiendo esta crónica nos han entrado muchas ganas de volver... y hacerlo en modo invernal. Todos los dosmiles de Castilla y León me gustan... pero reconozco que el Moncayo es uno de mis cinco preferidos. 

Para más información sobre el Parque Natural del Moncayo, pincha AQUÍ:

¡Y aunque mucho he tardado en describir este día
victoria, victoria,
se acabó esta historia!

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