lunes, 21 de enero de 2019

Entrevista a Santiago Mezquita

Era la primera vez que hacía el seguimiento online de una carrera y me llamó la atención algo en cómo él avanzaba posiciones. Busqué en Internet información sobre su forma de correr y me sorprendió lo poco que había, que hay, para ser uno de los corredores de la selección nacional de Trailrun. Sí que me salió el enlace a su cuenta de Facebook donde no había crónicas de las carreras o la típica y básica foto del perfil. Que fuera tan «invisible» me resultaba familiar.

Dos meses después, la organización de una nueva carrera a la que estaba apuntada anunció su presencia. Estudié el recorrido con el único fin de ver dónde coincidían el Trail largo (él) y el corto (yo); pero, a medida que pasaban los kilómetros, ya en carrera, y aunque me paraba para preguntar a los voluntarios si la cabeza de carrera del largo ya había pasado, acepté que en mis cálculos habría algún error y que no le vería.

Entonces escuché la cadencia de unos pasos, a 100-200 metros detrás de mí, quizá más. No me di la vuelta, no miré hacia atrás, porque un músico ve con los oídos y no había duda: era él. La escena duró apenas un minuto o dos, entre que oí sus pasos, me adelantó y subió por el cortafuegos. No recuerdo nada más de toda la carrera, solo ese instante en que le escuché correr. Pensé en su apodo, «Lobo»: se acerca sigiloso, sin aspavientos de la pisada o de la respiración, tan silencioso como un depredador que evalúa a su presa. Incluso más. Mucho más. Es como si tu sombra se despegara del suelo y echara a volar.

Antes de que se pusieran de moda los super héroes de Marvel, los estadounidenses Lee Falk y Ray Moore habían lanzado una serie de historietas de aventura basada en un hombre normal que, por supuesto, combatía la injusticia y cuyo único poder era ser rápido y muy sigiloso. Por eso, se le conocía como «El espíritu que camina» o el fantasma (The Phantom). A diferencia de Spiderman, Batman o Superman, se sabía poquísimo de su vida privada. Mil veces más discreto y reservado que Clark Kent, o le veías en acción o no le veías. Sin super poderes, sin artefactos mecánicos, él vencía huestes de enemigos gracias a la combinación de rapidez+discreción. Así es él. Como una ráfaga, como una sombra, como un fantasma. Al límite de lo invisible. 
«Rápido como el viento, silencioso como el bosque, raudo y devastador como el fuego, inmóvil como una montaña» (Sun Tzu)
Bienvenidos a The Phantom, Santiago Mezquita.

Beatriz C.: En un mundo donde hasta el corredor popular más modesto nos retransmite día a día dónde entrena y corre, tú ni siquiera pones una foto de perfil en tu Facebook. ¿Es un signo de  que estás concentrado en mejorar y ganar? ¿Te pasa factura de alguna manera?

S: No creo que se cosa de estar concentrado o no, cada uno tiene una forma de ser, a mí no me gusta estar publicando cosas todo el día, no hay más. Puede que sí me pase factura porque a fin de cuentas las marcas buscan visibilidad y las redes sociales son una forma de conseguirla.

B: Cuando empezaste en 2013 te daba pavor el desnivel y hasta subir unas escaleras. Y en 2017 te proclamas Campeón de la Copa de España de cxm en línea. Además de que, en tu caso, haya una genética prodigiosa, ¿qué pasos diste para conseguir este progreso en solo 4 años?

S: Secretos hay pocos, entrenar y creer en ti mismo, creo que tengo esa capacidad de sufrimiento que hace falta muchas veces para seguir adelante y no rendirte. Yo creo que la cabeza cuenta mucho en las carreras de montaña.

B: ¿Te podías imaginar tu nivel actual cuando empezaste? ¿En qué momento, en qué carrera o carreras sentiste que habitaba en ti un corredor de élite?


S: Cuando empecé a correr veía difícil correr a 4 minutos el km, pero siempre he sido muy competitivo y mejore muy rápido, pero tampoco pensaba que podía llegar a ganar carreras. Eso sí, cuando empecé en la montaña ya vi que me gustaba mucho más que el asfalto y que iba mucho mejor y que podía por lo menos pegarme ahí arriba. Creo que una carrera clave fue el Campeonato de España de 2017 en Zumaia que termine 7º y 1º veterano, era el tercer campeonato de España que corría y en los otros no me habían salido nada bien las cosas.

B: Aunque participas en carreras tan emblemáticas o campeonatos de España, también podemos verte en carreras locales. Hace unas semanas estabas en el I Trail de Alcañices, una carrera recién creada.¿Cómo vives esas carreras no tan mediáticas?

S: Esas carreras normalmente están hechas con mucho cariño y eso se nota, se disfruta de un ambiente muy bueno y eso se agradece. Si además es una carrera en Aliste, donde las administraciones nos tienen bastante olvidados, siempre intento participar, se lo que cuesta organizar una carrera ya que también formo parte de la organización de Transfronteriza y Ultra Sanabria, y cualquier ayuda es poca.

B: En 2017 te quedaste con mal sabor de boca en el OCC pero en el 2018 llegaste el 2º. Cuéntanos ambas experiencias, la del 2017 y la del 2018.


S: En 2017 me encontraba muy bien y salí a por todas, no había hecho carreras tan largas y me calenté demasiado, pagando el esfuerzo en la última subida, aunque para mí tampoco fue un fracaso, siempre piensas en que podías haberlo hecho mejor pero me valió de aprendizaje y para darme cuenta también de que estuve más de 40km luchando por el podio. Este año llevaba pocos entrenos porque llevaba desde Penyagolosa tocado de un pie y había tenido que parar un mes después de la MABO, pero el pie me respondió bien y me encontré muy bien durante toda la carrera, iba pasando gente a la vez que iba guardando para la última subida que se me había atravesado en 2017. Luego ya la entrada en Chamonix espectacular, aunque al día siguiente todavía me quedaba la cosa de que a lo mejor no tenía que haber guardado tanto.

B: Se habla mucho de esa estrategia de carrera que es «ir de menos a más» pero no es nada fácil de gestionar en carreras de 50-80 km, porque, si te quedas descolgado malo, si aprietas mucho malo… ¿Es una cuestión de equilibrio, de sensaciones de ese día, de conocerse a uno mismo mucho?

S: Yo creo que es un poco de todo, aunque creo que lo principal es conocerse a uno mismo, porque aunque tengas muy buenas sensaciones pasarte de ritmo al principio puede pasarte factura, al igual que debes alimentarte bien durante la carrera y saber qué te sienta bien, porque la mayoría de abandonos en carreras tan largas es por el estómago.

B: A partir de tu propia experiencia, ¿puedes darnos algunos consejos a los corredores populares para mejorar en carreras en línea?

S: Ser constante y conocerse a uno mismo, hay que marcarse unos objetivos ambiciosos pero también hay que ser realista, y sobre todo tener confianza en uno mismo.


B: ¿Puedes contarnos algo de tus proyectos para el 2019? ¿Volverás al OCC a por la primera plaza?

S: Quería hacer la Copa España e intentar clasificarme para el Mundial de Abutres, aunque la cosa va a estar muy difícil. En cuanto a UTMB,voy a probar con la CCC, 101 km. No tengo experiencia en carreras tan largas, pero alguna vez tiene que ser la primera y, por lo menos, comparte mucho recorrido con la OCC.

B: ¿Hay alguna carrera asturiana que te haga ilusión correr (y ojalá ganar)?

S: Aunque me queda relativamente cerca no suelo ir a correr a Asturias, aunque las pocas veces que he ido me han tratado muy bien. Me gustaría correr algún año Travesera o Traveserina, aunque también me gustaría ir a Pastores y a Puerta de Muniellos, que me han hablado muy bien de ellas.

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