lunes, 26 de agosto de 2019

El samurái

Si todos nos pareciéramos más a él, la Real Academia de la Lengua emitiría un comunicado informando de que suprime de su Diccionario, por falta de uso, la palabra «machismo». Si todos nos comportáramos más como él, dejaríamos de hablar de igualdad y de utilizar esa palabra tan necesaria pero tan fea fonéticamente que es «empoderarse».

Estáis acostumbrados a verle de segundo: admirando, apoyando, ayudando, iluminando… pero es un primero en toda regla. No solo como corredor, sino como alpinista. Lo que pasa es que no es muy competitivo y muchas veces piensa en el otro antes que en sí mismo y eso, como todos sabemos, es fatal para subirse al cajón, pero si él quisiera no se bajaría de él.

Su virilidad, su masculinidad están a la vista, así que no voy a dedicarles una palabra. Su ternura, en cambio, oculta tras la barba de varios días, la ropa de montaña o el uniforme de su profesión, es menos visible. Es un hombre cariñoso, no espera a conocerte para dar cariño. Te sientas en el pupitre de detrás, se gira, te mira, te sonríe y ya empieza a dártelo. Porque sí, porque esa es su forma de ser.

Es paciente, y ser paciente cuando te sobra nivel es una inmensa virtud, muy escasa, por cierto, en esto de los deportes de montaña donde a todos nos ciega el afán de demostrar lo rápidos y fuertes que somos. Le falta tiempo para alabar tus cualidades, para dar un paso atrás y ponerlas de relieve. Tu 9 en el teórico de orientación es el no va más, pero espera, que él también ha sacado un 9 y además en un día nefasto, descentrado, roto porque acaba de perder a uno de sus compañeros de profesión. Da igual, el 9 que cuenta es el tuyo, el de él no es nada. Su simple presencia potencia lo poco o mucho que tú sepas hacer: si eres mediocre te hace un ganador, si eres un ganador te convierte en una leyenda.

En el simulacro de rescate de la Formación de Guías de Montaña los profesores me eligieron para coordinarlo, junto con otro compañero, un magnífico escalador. Habría sido tonta si no hubiera elegido al protagonista de esta entrevista como jefe de uno de los equipos. Los heridos no eran otros que los profesores convertidos durante unas horas en inexpertos y asustados senderistas mutantes. Os lo podéis imaginar: «no sé dónde estoy, no sé por dónde iba, el móvil no tiene batería, etc.» Mutantes porque el que se llamaba Pedro a la media hora era Juan, su cazadora naranja cambiaba de color a verde y su rotura de tobillo degeneraba en un infarto, es decir, los profes iban improvisando-complicando sobre la marcha. Pero daba igual, éramos una clase con feeling y, por tanto, funcionábamos como la seda: tres equipos competentes y él a cargo del más rápido, mi compañero escalador manejando la radio como si fuera Jefe de Telecomunicaciones en la Nasa y yo traduciendo el galimatías incoherente de los mutantes en coordenadas precisas. Localizamos al primer herido en la cota 1773 paralela a la Cuerda de las Buitreras de los Riscos de la Maliciosa. Íbamos camino del segundo, pero los profes incrementaron el caos de los mutantes y, sobre todo, nos cambiaron de rol: a mi compañero le tocó trabajar con mis notas y a mí a la radio. Perdimos al 2º herido por segundos. Aún así, el especialista del GERA (Grupo Especial de Rescate en Altura) nos felicitó pero mi entrevistado estaba descontento, casi enfadado. Ese día lo vi claro, vi al león rugir, porque en eso del rescate sí era competitivo, sí quería ser el mejor, sin concesiones y no le consolaban las alabanzas o que fuera un simulacro.

A lo largo del año hay más eclipses de luna que veces en que yo utilizo la palabra amigo, absolutamente sagrada para mí. Él me la inspira porque, consciente o no, practica en la montaña y en la vida el bushido al pie de la letra. Justo, valiente, benevolente, respetuoso y leal, pocas veces he conocido en mi vida un hombre al que le resulte tan natural entender y apoyar a una mujer que triunfa.

Bienvenidos al Samurái, bienvenidos a Tito Parra.


   

1.- ¿Tu afición a la montaña viene desde siempre, no? Cuéntanos tus primeras experiencias en Guadarrama.

Mis primeras salidas a la montaña van por cuenta de mi padre. Él ya nos sacaba a mis hermanos y a mí de chiquillos. Nos hemos criado en la sierra prácticamente y eso de alguna manera va calando.

2.- Te aficionas a todos estos deportes (montañismo, escalada, ski, etc.) pero el alpinismo ocupa un lugar de preferencia, ¿no es así? ¿Qué encuentras en el alpinismo que lo hace tan especial para ti?

Sí, ésta cercanía con la montaña ha facilitado de alguna manera u otra que practicara deportes al aire libre. Aprendí a esquiar muy joven y más tarde siento una fuerte atracción por la escalada. Creo que es el deporte que más me ha apasionado y al que más tiempo le he dedicado. El alpinismo es algo que tenía que llegar tarde o temprano. Para mí sí es un deporte, ya que tienes que saber dominar disciplinas como la escalada, saber moverte por terreno técnico, el hielo, etc… y sobre todo es muy físico, por eso pienso que va conmigo. Me gusta buscar mis límites y el alpinismo sin duda lo consigue.

3.- El año pasado emprendiste un proyecto precioso pero extremadamente arriesgado en Gredos que no pudisteis completar por razones climatológicas. Háblanos de él.


Gredos es una sierra con un verdadero potencial y a la que muchas veces se la subestima. Pero hay que recordar que en Gredos todos los años pierden la vida montañeros. Nuestro proyecto era cruzar gran parte del sistema central. Para ello tomamos la salida desde Candelario (Salamanca) con la intención de llegar a El Tiemblo (Ávila) por las cumbres y cotas altas en versión non-stop. Son aproximadamente 200 kms. Uno de los problemas principales a los que nos enfrentábamos era «el invierno», hizo frío y había mucho hielo. Por otro lado íbamos, como nos dijo Miguel Heras, tomando un café antes de la salida, «a cierra ojos»... Me gustó mucho esa expresión. Los ingleses lo llaman on sight,otra expresión que aprendimos en el reto Bob Graham Round. Y viene a decir básicamente sin conocer el recorrido.

El tramo central nos guardaba lo mejor de todo el reto cuando nos disponíamos a bajar desde el Venteadero por la Canal de los geógrafos hasta el refugio Elola, tan sólo llevábamos crampónes de zapatillas y la cosa estaba helada. Nosotros hemos andado por hielo, aquello fue una verdadera imprudencia. En cotas más bajas pero siempre por cumbres, crestas ya que era la intención, tuvimos una verdadera lucha con la vegetación ya que las escobas y los piornos tienen un tamaño desmesurado y nos ocultaban los senderos a la par que nos íbamos pegando continuamente con ellos para avanzar unos pocos metros a la hora… Eso no sólo iba mermando nuestras fuerzas sino la paciencia también ya que íbamos luchando contra el cronómetro.

Finalmente se nos echó el tiempo encima. Los amigos Raúl y Mámen, que venían haciéndonos la asistencia en su caravana, tuvieron que marcharse. Yo tenía ya el tiempo justo ya que tenía que trabajar y no había tiempo físico para continuar. Nuestro amigo Joserra nos esperaba aquella fría noche en el puerto del Pico con comida, bebida caliente y algo de ropa. Aparecimos allí más tarde de lo acordado, sobre la 1 de la madrugada aproximadamente nos recogió para posteriormente darnos cobijo en Arenas de San Pedro, dónde finalizaría el primer intento a nuestro reto.

4.- ¿En qué momento empiezas a practicar carreras por montaña y cuándo te das cuenta de que eres un gran corredor de largas distancias?

Correr por montaña lo he practicado desde siempre aunque con otra mentalidad. No soy muy de competir pero es cierto que si tengo un dorsal o ganas de correr en algún sitio interesante, suelo prepararlo de la mejor manera posible.



5.- En el plano profesional compaginas tu trabajo de bombero con tu faceta de entrenador. Cuéntanos cómo es el trabajo en ambas, qué te apasiona y cómo puedes compaginar tantas actividades.

Mi verdadera pasión es la de trabajar como bombero, aunque realmente llevo poco tiempo como bombero, he trabajado en el sector forestal desde 2005, concretamente en una brigada de actuación especial helitransportada, en la Comunidad de Madrid, de la que formé parte 12 años.

Enseñar siempre me ha gustado. Me fui formando poco a poco hace unos años, y ahora entreno y ayudo a gente a cumplir sus metas deportivas.


6.- Este año has ganado la plaza de funcionario, ya numerario, de bombero forestal. ¿Qué supone eso para ti?

Desde finales del 2017 Estíbaliz, una compañera de la brigada helitransportada me sugiere que prepare las oposiciones de bombero. En un principio no la hago caso, pero dada su insistencia en que lo haga y que por otro lado es algo que siempre había estado dentro de mí, finalmente me pongo a ello. No disponía de mucho tiempo pero conseguí abstraerme de todo y priorizar, así que dejé de entrenar para las carreras de montaña y me centré en la oposición.

Ahora he vuelto a la montaña. Tras un lápsus de dos años aproximadamente en los que entre la oposición, la formación de bombero y el ciclo de técnico deportivo, me han tenido alejado de lo que verdaderamente me apasiona. La plaza de bombero me supone la estabilidad que no he tenido trabajando como bombero forestal todos éstos años atrás, por lo tanto, me siento super feliz. Sé que ahora podré disfrutar de la montaña no sólo en las carreras, sino retomando la escalada, el esquí y el alpinismo. El esfuerzo ha valido la pena.

7.- Enseñando estás cómodo —porque eso lo he visto en directo— con cualquier tipo de público y edades: corredores de alto rendimiento, populares, niños, adultos… si, por ejemplo, alguien quiere que tú le orientes o entrenes, ¿cómo procedes?

Lo primero que hago es ver que es lo que realmente busca esa persona. Una vez sabemos cuales son sus objetivos tratamos de ver en función de sus posibilidades si es factible o no. Trabajo con poquita gente. Mi filosofía es la de dar el mejor servicio y trato personalizado, y eso conlleva mucho trabajo y esfuerzo por ambas partes.

8.- Voy ahora con tu palmarés como corredor. En el 2018 te has formado como guía de montaña y preparado las oposiciones de bombero, dos tareas que han ocupado todo tu tiempo. Pero en el 2017 fuiste 4º absoluto en el Cpto. De España de ultra Fedme, 2º en la Andorra ultra Mitic, 1º en la Genaro Trail y 30º en el UTMB con un tiempo de 24h12, cuéntanos un poco cómo fueron estas experiencias.

En 2018 tenía ganas de competir y para ello comencé la temporada con una carrera que me gusta correr por esas fechas, se trata de La Genaro trail. No era un objetivo sino más bien una carrera de 50 kms que me iba a dar base para las ultras que más adelante pensaba correr. Al final tuve que dejar el año prácticamente en blanco, por temas laborales. Se me juntaron ambas cosas, un examen de bombero y la formación de guía. Para mí era prioritario y tuve que desistir de algunos objetivos como “La ronda del Cims” de Andorra, 170kms y 13.500m+. entre otras…

En el 2017 el plato fuerte fue el UTMB. era una espinita clavada que había que sacar, ya que en 2016 fui y corrí junto a otro hermano de la montaña como es Sergio Luis Tejero, alias Patillas. En 2016 sino es por él, me habría retirado. No iba tanto física como mentalmente preparado para ello. En esta ocasión sí había entrenado y aunque hasta cinco días antes no sabía si en el trabajo me dejarían ir o no, finalmente me dieron el OK en el curro y para Chamonix que nos fuimos.

Cómo preparación previa a UTMB me propuse hacer Travesera de Picos de Europa y Ultra Mitic 112km de Andorra. 

La verdad es que cuando me inscribí a Travesera, ni sabía que era el Campeonato de España (Fedme), lo que me resultó más estimulante. Me fui todo el mes a Arenas de Cabrales. Saqué muy buenos entrenos en Picos de Europa y en la Sierra de Portudera. Esto hizo que llegara en muy buena forma y me dio el 4º puesto absoluto.


La siguiente cita, fue la dura pero bellísima Ultra Mitic de Andorra. Se trata de una carrera de 112 kms pero que saca un desnivel muy potente, casi 10.000m+. Es una de las carreras más impresionantes que he corrido. Un recorrido fantástico y muy lógico, pero que te pone en tu sitio. Aquí salimos ya desde el inicio en cabeza junto a mi compañero Patillas y en este caso con Sebas Sánchez y un extranjero que al cabo de un par de horas se quedó atrás.

Nuestra lucha inicial era contra Sebas nada más, pero al cabo de unas 5 horas comenzó lo que para Patillas y para mí sería un verdadero calvario. Cenamos algo la noche previa que nos sentó mal. Durante unas 3-4 horas fuimos vomitando y totalmente descompuestos, lo que a punto estuvo de hacernos abandonar. Supimos mantenernos en faena, pero a costa de perder un tiempo muy valioso. Al final no pudimos coger a Sebas y conseguimos un merecido 2º puesto ex aequo. 


Estas dos ultras junto a carreras más cortas como: Cangas mountain, el triple vertical de Pastoras de Portudera del amigo Rubén, y el Alto Sil, son las que me dieron la confianza suficiente para ponerme en la salida de la UTMB una vez más. En esta ocasión sí íbamos disfrutando, aunque la meteo se empeñara en fastidiar la fiesta, la carrera estaba siendo otra totalmente distinta a 2016. A falta de 42 kms para meta y unos 3000m+, cuando nos disponíamos a afrontar la dura y última maratón, echamos cuentas y vimos que era factible estar más cerca de las 23 que de las 24 horas. Eso nos dio mucha moral. Sergio empezó a acusar un dolor en la cintilla que no le dejaba avanzar. Pensé ¡aquí acaba todo!,  habrá que volver el año que viene… así es esto de las ultras. Pero entre él, Álvaro Rodriguez, el amigo burgalés que venía con nosotros y Miguel Héras, que nos lo encontramos bajando, me engañaron para que continuase sólo. Me costó mucho desprenderme de Sergio, de hecho creo que de la rabia que me dio dejarlo allí se me quitó el dolor de cuadriceps, pero me dijo que cuando llegase a Trient a falta de 30kms, abandonaría sí o sí. Mi sorpresa fue cuando llegué a Vallorcine, allí estaba esperándonos mi familia y la del Patillas, veo zapatillas de muda y comida y bebida al lado de la mía. ¡Seguía en carrera! Una verdadera lástima no ir juntos, pero al menos cruzaría la línea de meta muy poco después de hacerlo yo.
La visión personal que tengo respecto a la competición es que es dónde realmente nos ponemos al límite, tanto física como mentalmente, y nos enseña mucho de nosotros mismos. Pero nada de esto tiene sentido sin todo lo que rodea a este mundillo, el compartir con los míos, conocer a gente, lugares nuevos, viajar es lo que le da todo el sentido. Sin todo esto, no creo que me clavase un dorsal en la camiseta,  ¡jamás!

9.- Además, en ese año, fuiste el primer español, junto con tus compañeros Pablo Criado y Julian Morcillo, en completar de Bob Graham Round en menos de 24h, reto que fue objeto de un reportaje en la revista Trailrun. ¿Cómo recuerdas esas horas?

Bob Graham Round era un sueño de 4. Por problemas de salud de la peque de la casa de nuestro amigo Nahuel Passerat, tuvo que quedarse junto a su familia. Por suerte más tarde nos enteramos de que todo volvió a la normalidad.

Bob Graham Round es un reto extremadamente duro. Se trata de una ronda situada en el Lake District (Inglaterra). No es tanto la distancia y el desnivel lo que hacen que sea un reto duro. Aunque hablemos de 105kms y 8500m+. lo que lo hace realmente difícil es el tipo de terreno y el ascenso a los 42 picos que tiene la ronda. Actualmente en España lo conoce todo el mundo gracias a Kilian Jornet el cuál este verano pasado batió el récord parando el cronometro en 12:52.

Nosotros afrontamos el reto en invierno y a vista, sin conocer el terreno. Nuestro objetivo era ir en equipo, ya que es lo que marca un poco la norma del club Bob Graham. Esto evidentemente tiene sus pros y sus contras, pero nuestro principal objetivo era ser los primeros españoles en completar el recorrido y hacerlo sub-24 horas. ¿Y por qué? en 1971 nace a propuesta de Fred Rogerson, el club Bob Graham Round sub 24horas. Uno de los requisitos es hacerlo acompañado. Otro de los requisitos es hacer la salida y la llegada en el Moot Hall en Keswick, para poder hacer el registro. La dirección se deja un poco a voluntad propia.

Lo más complicado de todo fue afrontarlo prácticamente en invierno, con lo que tuvimos que hacer los correspondientes cálculos para afrontar las zonas más técnicas de día.

Tengo un sentimiento un poco agridulce de aquel proyecto, ya que en los últimos 10kms dejamos atrás a Pablo, pensando que no llegaría en el tiempo. A Julian y a mí nos sobraron unos pocos minutos para completarlo en menos de las 24h. Por suerte y por sorpresa, Pablo que se había quedado con David González, «el pitufo gruñón» apretó los dientes y corrió como en su vida para llegar a tocar el Moot Hall. Le sobraron 30 segundos para completarlo. ¡Impresionante!


10.- En otras temporadas fuiste 1º en el Ultra Trail Valls de Aneu, 1º en el Ultra Desafío Cantabria y en el Riaza Trail Challenge, es decir, que eres un verdadero especialista de ultra trail. ¿Cómo los preparas?

Me gusta más la larga distancia porque, como decía, lo que me apasiona es ponerme al límite. La verdad es que en los años en los que he podido compaginar trabajo con entrenos, he obtenido buenos resultados en carreras. Pero siempre he dicho que me quedo con las vivencias de esos lugares, me quedo con la gente que he conocido y con las amistades que he ido haciendo.

Aquí no hay secretos, y si alguien los tiene que los cuente. A ver, para preparar las carreras, primero tienes que sentarte y estudiar un poco tus objetivos; si ves que es compatible compaginar tus compromisos sociales, familiares y laborales con los deportivos, entonces empezamos a planificar. Yo personalmente si no lo veo claro, no sacrifico nada por las carreras ya que para mí es algo secundario.

Al final para correr largo tienes que dedicarle más horas a la semana. Por ejemplo, para preparar el UTMB de 2017 he llegado a sacar hasta 24horas a la semana de carrera a pié, pero nunca pasé de las 6 horas en una sola tirada. No es necesario.

Para ello no sólo debes disponer de tiempo, sino también que tu familia te apoye y lo entienda. Yo personalmente ese problema no lo tengo. Para mí es fácil en ese sentido.

11.- ¿Cómo afrontas en este 2019 el UTMB? 

Las cien millas del Mont Blanc, las he corrido en dos ocasiones. Sé lo que me voy a encontrar allí y eso es un punto a mi favor, pero también he estado muchas veces en los Alpes y en una carrera de semejante magnitud deben alinearse los astros para que se de la carrera perfecta. Incluso llegando bien entrenado, cualquier mínimo detalle que descuídes, puede dejarte fuera de juego.

En 2017 no salió mala carrera a pesar del contratiempo de mi compañero, pero es cierto que llegabamos muy fuertes y con los deberes bien hechos.
Este año empecé bien la temporada y con un programa de competición muy parecido al 2017 para llegar a Mont Blanc, pero un pequeño accidente me tuvo 5 semanas parado completamente. Me perdí dos de las carreras importantes para llegar con un mínimo de garantías a Chamonix. En Julio fui a Andorra para correr la Utra Mitic de 112 kms sin apenas haber entrenado y eso me pasó factura, pero aún así pude terminar la carrera y salvar los papeles. Creo que eso me dio un punto de confianza para afrontar tal empresa.

Ahora llevo unos días en Picos de Europa entrenando y pasando las vacaciones con María Garmilla, mi pareja que trabaja en el refugio de Urriellu. En breve marcharemos para Alpes dónde nos esperan mi hermana Emma y su pareja. La verdad es que estoy muy tranquilo respecto a la carrera. Pienso en el día a día y trato de disfrutar al máximo de mis vacaciones.. La carrera será la guinda del pastel. Si se da bien perfecto pero sino, no pasa nada. Me quedo con todo el proceso vivido hasta la fecha. Es cierto que se trata de la carrera más famosa del panorama internacional en lo que a ultras se refiere, pero en realidad para mí es una carrera más. A día de hoy, la competición está en un segundo plano y prefiero darle más importancia a otras cosas.

Me quedo con la gente que conozco allí dónde voy, con los entrenos en sitios nuevos, en las aventuras con mis amigos y en definitiva en disfrutar del día a día.



12.- La primera vez que dijiste algo en la formación de guías donde nos hemos conocido, tenía que ver con la motivación, factor que tú consideras clave para lograr cualquier cosa con éxito. Los demás hablaban de genética, entrenamiento, nutrición… y tú no: motivación. Conoces muy bien la montaña, ¿por qué crees que esa es la clave?

Como sabemos hay dos tipos de motivación, la intrínseca y la extrínseca. La primera es la que nos mueve a hacer las cosas por el mero disfrute personal y al final es la que perdura en el tiempo. La extrínseca es la que nos mueve a hacer las cosas porque sabemos que tras ese esfuerzo, obtendremos un reconocimiento, un premio o recompensa. Entendiéndolo así, tanto de una manera como de la otra, sin motivación no hay nada. Es el verdadero motor que nos mueve y permite hacer las cosas. No sólo en el ámbito deportivo, sino en nuestro día a día. La montaña es lo primero que te enseña desde que decides subir a una cima.

 Bueno, no soy muy dado a hablar de carreras, tiempos, posiciones, etc… Hay una frase de Wolfgang Güllich, que me han acompañado siempre, venía a ser algo así como:

 «En ningún deporte se alcanza el éxito mundial entrenando sólo un ratito los domingos después del postre».
 13.- Proyectos para 2020:
Para el 2020, tengo varios proyectos.. Y sobre todo algunos deberes pendientes. De momento me gustaría hacer con mi amigo y compañero Patillas el Tor des Geants, pero ya veremos si sale adelante... ¡Ojalá!

También tengo dos grandes proyectos en los cuales estamos trabajando poco a poco. Uno en Sudamérica y el otro en Asia, pero de momento no adelantaremos... Te prometo que serás la primera en saberlo cuándo esté para sacar del horno. ¡¡¡¡Jajaja!!! 

Todas las fotografías pertenecen a la colección personal de T.H o a los autores mencionados en ellas.

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